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En mayo 18, 2021
Creación de la empresa y esas vueltas
LA AREPERÍA es el nombre de la idea que se estaba convirtiendo en realidad; un restaurante que nació en septiembre del año 2017 y abriría sus puertas para satisfacer a los paladares bogotanos. Me encontraba en una situación emocionante; muy emocionante de verdad, pero también bastante compleja; en medio de dudas por haber dejado de lado mi estabilidad laboral pero dispuesta a asumir un nuevo reto en mi vida profesional y personal.
Me dediqué a encontrar el local perfecto para montar el negocio. Fueron varios días de búsqueda activa por la ciudad; algunos muy productivos y con varias opciones; otros no tanto, pero sumando el peso del cansancio y agotamiento que dejan los trancones en la capital, mi mente solo trabajaba sin parar tratando de asimilar un mundo de temas que se veían venir.
Tenía que lidiar con esto y lo que conlleva arrendar un inmueble comercial en Bogotá; alistar documentos y fiadores, contar con el dinero suficiente para acondicionar el establecimiento como quería, y además, empezar a trabajar en el menú de productos que ofrecería, evaluar decenas de proveedores, entrevistar personal a contratar, la creación de redes sociales e iniciar una comunidad que me acompañara en el sueño, evaluar estrategias de mercadeo para dar a conocer la marca y otros asuntos más.
El primer paso legal fue definir el nombre y verificar que no estuviera siendo usado en su momento. Me acerqué a la Cámara de comercio de Bogotá, sede calle 94, creo que fue allí donde pedí toda la información necesaria y así poder adelantar trámites.
LA MARCA: Resulta que ya existía una tienda en Cali y con el mismo nombre ¿Pueden creerlo? De todas formas, yo estaba empeñada y se me ocurrió ponerle tilde a la “i”. De esta manera sería diferente y estaría habilitado. ¡hasta que lo logré!
Inicié definiendo la forma jurídica de constitución: PERSONA NATURAL
Esta opción nos exige estar inscritos en el RUT, procedimiento que ya se había hecho anteriormente solicitando una cita en www.dian.gov.co
¿Por qué elegí este tipo de constitución? para un emprendedor es la opción ideal, sencillamente porque es más rápida y no requiere mayor documentación. El dueño no necesita demostrar un capital inicial, en comparación con una persona jurídica.
Luego de esto, tuve que diligenciar el RUES, un formulario llamado registro mercantil; lo que nos da el aval para poder realizar las actividades comerciales que exige el negocio y claramente identificarse públicamente como comerciantes activos en el mercado. En este paso debemos dejar registrada toda la información posible del establecimiento tales como ciudad, dirección, teléfonos, número de trabajadores que vas a contratar, las actividades económicas que se llevarán a cabo, entre otras.
Con estos datos debemos hacer un pago inicial de inscripción que depende y es proporcional al total de los activos registrados en el documento. Recuerdo que pagué por esto como $180.000; un valor pequeño comparado con la cantidad de sueños que estaba poniendo en mi negocio. Como último paso dentro de la oficina, se procede a redactar los estatutos sociales; en caso de persona natural, la razón social es el mismo nombre del representante legal.
Cabe resaltar que todo esto se puede realizar en línea, sin embargo, años atrás preferí hacerlo personalmente porque como buena colombiana, me gusta sentir que, si madrugo y voy directamente, será mejor.